sábado, 23 de junio de 2012

[•REC]²

El mérito de [Rec] fue conseguir abrir los corazones de la masa. Los no adeptos al género de terror llenaron butacas y dieron el suficiente dinero como para sorprender con algo casi inédito en España: una secuela. ¿El secreto? Aunque parezca contrario, el amor.

Con la clara intención de elevar el renovador tratamiento lingüístico de la primera parte, la cámara en primera persona no sólo muta a multicámara en algunos momentos sino que se convierte en pieza del puzle narrativo. Inicialmente como testimonio fílmico “real” de una primera y una segunda mitad por separado y, en la conclusión, como clave en la resolución de la búsqueda Medeiros (ingenioso uso técnico de los conceptos de luz y oscuridad). Jaume y Paco siguen esquivando lo gratuito en la utilización de cámaras que nos relaten lo presente y siguen jugando las cartas de una baraja que acabará por agotarse.

Obviamente, tratándose de los directores que son y de las referencias que destilan, el sentido del humor es un factor decisivo en esa catarsis tan sana “terror-humor”. Negro como la bandera estadounidense y ácido como la saliva de un Alien. Aunque se echa de menos el gamberreo de la primera parte (me refiero a toda la parte central de las entrevistas con los asiáticos y los ancianos peleones). Entendiendo las reacciones del público durante la proyección (siempre con tendencia a la exageración en los festivales) han faltado risas, momentos de relajación para el contraste (la tensión continua acaba por relajar los músculos) y personajes patéticos cuyas muertes serían disfrutables (tronchante sin embargo el marido que quiere llevarle las medicinas a su “mujer” a toda costa).

Según palabras de Paco Plaza “todo tipo de fluidos han sido bienvenidos”. Sangre con pitracos, burbujas coaguladas y desgarres cutáneos. Pero aún así hemos visto los créditos con sed de amor, de ese amor que arrullan las películas de los setenta y los ochenta y que tan bien entienden sus directores. Porque el exceso de sangre nunca es un defecto; y sospechamos que el estreno comercial de una película que nació en la cuna del cine despreocupado e “independiente” se ríe de la censura, entredientes.
 
Una de las bazas del primer [Rec] es su continuidad y la experiencia en “primera persona”. En su secuela, la fragmentación en diversos espacios y diferentes grupos de personajes supone una distracción. Estamos con el primer grupo de personajes durante cuarenta minutos, los dejamos abandonados en el piso y comenzamos las aventuras de un grupo de adolescentes que de entrada resultan bastante pegajosos. Media hora después, ambos se unen y ya no nos importan ni unos ni otros.

El giro antes mencionado hacia una trama puramente “fantástica”, ya no realista, en un marco de terror (esoterismo, conspiraciones cientifico-eclesiásticas, exorcismos) sorprende y encuentra su justificación en los últimos 10 minutos del film anterior. “Podría haber sido cualquier cosa” confiesan sus autores. Claro que sí. Cualquier cosa. Y, teniendo todos en la retina “Los sin nombre” del amigo Jaume, no podemos parar de pensar en la procedencia germinal de aquello de “aislar el mal genéticamente en el Vaticano”. Pero no deja de ser interesante el tratamiento serio y solemne del tema, sello característico de los títulos anteriores en las filmografías de la pareja.

Y si nombraba la desconfianza ante la plantilla “juvenil” no puedo dejar de comentar la sorpresa de encontrarme con tres actores quinceañeros harto orientados que dan a su trama la credibilidad que por guión le falta. Claro que, si en la faena de destacar actores nos imbuimos, la medalla al “generador de tensión craneal” (en la primera película colgada del peto del bombero calvete) la obtiene el Dr Owen (“alzado en cuello” por el magnífico Jonathan Mellor), puro nervio con acento y crucifijo.

Para concluir considero justo recordar el apartado técnico y, concretamente, los tres pilares sobre los que se sustenta la “atmósfera” [REC]; la barroquísima y neogótica dirección artística y el afilado diseño de sonido, a cargo de Gemma Fauría y Oriol Tarragó (dos ex-ESCAC), y la dirección de fotografía del repetidor Pablo Rosso
 
TÍTULO ORIGINAL [•REC] 2 (AKA REC 2)
AÑO 2009




DIRECTOR Jaume Balagueró, Paco Plaza
GUIÓN Jaume Balagueró, Manu Díez, Paco Plaza
MÚSICA Varios
FOTOGRAFÍA Pablo Rosso
REPARTO Manuela Velasco, Óscar Zafra, Juli Fàbregas, Javier Botet, Ferrán Terraza, Jonathan Mellor, Àlex Batllori, Andrea Ros, Pablo Rosso
PRODUCTORA Filmax
WEB OFICIAL http://www.rec2lapelicula.com/
PREMIOS 2009: Premios Gaudí: Mejor montaje, Mejores efectos especiales, Mejor sonido y Mejor maquillaje y peluquería


SINOPSIS Secuela de la película [•REC] (2006). El objetivo de esta segunda parte, según los propios directores, es dar respuesta a pequeños enigmas que habían quedado abiertos en la primera. Sus responsables no han querido desvelar las claves del argumento, aunque se ha confirmado que la historia arranca dos horas después del desenlace de la primera parte.
 

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